[vc_row][vc_column][vc_column_text]
“Cuerpo de mujer no garantiza pensamiento feminista”
Marta Lamas
[/vc_column_text][vc_column_text]Después de una larga lucha las mujeres ganamos el derecho a votar y ser votadas, han pasado ya 64 años donde hay que mencionarlo, México fue el último país latinoamericano en consolidar este derecho.
El debate sobre la feminización de la política se ha venido dando en los espacios públicos, académicos y políticos desde hace algunos años, sin embargo, pareciera que solo hablamos de un tema de cuotas o porcentajes; cuando este concepto va más allá, significa una profunda transformación en la política y lo político.
Mientras sigamos hablando de la política como un hecho meramente público sin entender que la división del espacio social entre lo público y privado es justo lo que nos ha tenido a las mujeres sumergidas en la esfera doméstica y ha sido la limitante para apropiarnos de lo público, no podremos hablar de una feminización de la política.
La diferencia de los sexos ha determinado la función de las actividades históricamente impuestas: las mujeres continuamos sumergidas en el espacio de lo privado donde la violencia familiar va en aumento, el trabajo no remunerado y de cuidados, así como todas las cargas simbólicas que se nos imponen.
Al tiempo que el espacio público se ha identificado con la razón, el intelecto y lo político. Donde las decisiones económicas y de gobierno son encabezadas por los varones.
Esto nos da una perspectiva para poder entender que la política sigue siendo lo que sucede en el espacio público (institucional, gubernamental, empresarial) y lo político aún sigue pendiente en las lucha y conquista de los derechos políticos de las mujeres.
#ParidadRealYa fue un gran llamado donde se exigió la participación y representación política de las mujeres, pero ¿esto garantiza un cambio estructural en México?
Como bien dice Lamas, tener el 50% de las mujeres en espacios de poder, no garantiza que se tenga perspectiva de género al gobernar.
Necesitamos poner en el debate público a la violencia de género como prioridad nacional, implementar un agenda político feminista, aumentar los presupuestos destinados al 51% de la población (las mujeres) diseñar políticas públicas de cuidados, deconstruir lo simbólico y cultural que nos criminaliza y revictimiza.
No solo sacar a las mujeres a los espacios públicos, también meter a los hombres a los espacios privados.
En conclusión la agenda de la política y lo político, no puede seguir transitando desde una visión androcéntrica donde las mujeres que llegan a espacios de poder terminen adaptandose a esta para poder transitar, la perspectiva de género deberá ser la herramienta que nos guíe a hombres y mujeres en las tomas de decisones de poder y de gobierno para lograr una verdadera transformación y deconstruir lo que estructural y culturalmente nos ha sido impuesto. #PonteLasGafasVioleta[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]