El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, se ha convertido en un referente político por su desempeño en el manejo de la crisis del COVID-19 en su estado. El 87% de los neoyorkinos aprueba la forma en que Cuomo ha hecho frente a esta pandemia. Esta cifra representó por supuesto, un incremento en la popularidad del Gobernador de 27 puntos en el lapso de un mes, su nivel más alto desde inicios del 2013.
A pesar de que Nueva York se convirtió en el nuevo epicentro de la pandemia, Cuomo ha logrado conectar eficazmente con todo el país, y se ha convertido en la voz demócrata en medio de esta crisis. Este político ha logrado afianzar su liderazgo en medio de esta pandemia y creo que hoy vale la pena señalar algunas claves de cómo lo ha logrado.
Primero hay que reconocer que Andrew Cuomo ha tenido una comunicación directa, firme y transparente. Es un político que no teme asumir las consecuencias de sus decisiones y lo dice abiertamente, pero también, es un político que comunica de forma transparente la capacidad técnica y humana del gobierno para atender esta crisis. No teme señalar cuando el Gobierno Federal realiza acciones insuficientes, pero tampoco cae en politiquería barata y reconoce, cuando el Gobierno de Donald Trump envía apoyos indispensables para Nueva York.
La gente logra identificar liderazgos en tiempos de incertidumbre y eso han encontrado los estadounidenses en el gobernador de Nueva York. Además de dar certeza sobre su trabajo y su criterio, Cuomo ha logrado algo fundamental en tiempos de crisis: reconfortar a la ciudadanía. Es un político que no se ha dedicado únicamente a dar actualizaciones sobre el número de recuperados, decesos y nuevos casos confirmados de COVID-19 mientras muestra una serie de gráficas, sino que tiene muy claro que en estos momentos convulsos es imprescindible dotar a la ciudadanía de mensajes de fortaleza, aliento y esperanza.
De igual forma, este gobernador ha logrado equilibrar la información que le corresponde dar al gobierno con la que le corresponde dar a los especialistas en salud. Es decir, es un personaje que lejos de querer obtener “raja política” de esta grave situación, sabe identificar en qué momentos hay que ceder la voz a los expertos y no pretende o busca aparentar que él y sólo él, conoce la ruta política y científica para salir adelante, como en múltiples ocasiones lo ha hecho el Presidente Donald Trump.
Me parece que Nueva York es un caso de éxito que deben voltear a ver otros gobiernos. Andrew Cuomo ha priorizado la atención de esta crisis por encima de cualquier otro tema y se ha dedicado a instalar un modelo de comunicación altamente efectivo en medios tradicionales y digitales. Ha dejado de lado la institucionalidad o la frialdad que muchos políticos e instituciones siguen empleando al comunicar sus mensajes. Cuomo está haciendo lo que cualquier líder debe hacer en situaciones de crisis: trabajar duro, de forma transparente y siempre, mostrando su lado más humano.